El Banco Central se encontró precisamente con una limitación técnica en el uso de los cajeros que tiene que ver con la sobreoferta de billetes de baja denominación.
La sobreoferta de billetes de $100 y tope existente de 40
billetes por extracción son las causas por las que las entidades que gestionan
los cajeros implementaron un nuevo esquema que hace más difícil extraer pesos.
Ante la lentitud en la emisión de billetes de $ 500 y de $
1.000, se intenta cubrir dicha limitación con los billetes de $ 100.
En las últimas semanas, los bancos se han visto obligados a
llenar los cajeros con algunos de los 2.703 millones de billetes de $100 que
circulan en el país.
Los bancos piden billetes grandes para optimizar el
abastecimiento de los cajeros, pero el BCRA no puede desaprovechar los billetes
de $100 que ya están en circulación.
Dado que los cajeros no pueden entregar más de 40 billetes y
que el nuevo límite de extracción por default es de $4000, tanto bancos como
clientes se encuentran con una dificultad muy real. Para retirar el tope diario
que sus respectivos bancos les permiten, muchos se ven obligados a sacar varias
veces el monto de $4000 y en distintos días, en vez de poder sacar todo
aumentando el límite de extracción que permiten algunos bancos a través de home
banking. Por ejemplo, un jubilado que cobra la mínima, alrededor de $23.000 en
junio, hoy tiene que hacer cinco extracciones para tener su haber en la mano.
Antes, con su extracción ampliada, como mucho dos.
Sin embargo, hay otras vías para poder conseguir efectivo. Una
de ellas, que se popularizó mucho durante la pandemia ya que la gente evitaba
ir al banco, es retirar dinero al momento de pagar con tarjeta de débito en
farmacias, supermercados, o algún otro comercio. El tope de esos retiros es de $15.000
diarios, monto que evidencia que el tope de $4000 es sumamente escaso para
muchos clientes y que los bancos volvieron a tener el viejo problema de
circulante chico en una economía de alta inflación.

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